domingo, 20 de febrero de 2011

La Cultura del lector marginado.



Ubaldo Rosario Taveras

   ¿Porque a los lectores lo han marginados? Las librerías tienen su agosto al comienzo de cada año escolar y en cada nuevo semestre de las Universidades. Los estudiantes son consumidores de libros de textos, no  son lectores que disfrutan por arte del placer de la lectura. Los profesores les venden sus publicaciones a los alumnos con el chantaje de que no pasarán la materia si no compran sus libros.
 En las escuelas, universidades y en las empresas son millones lo que no han alcanzado el nivel de lector. Refiriéndose a este criterio dice Cortázar, (…) lo que  interesa  son los lectores y la batalla hay que librarla con ellos.
Los escritores publican las obras literarias en espera que el único mercado que nos queda lean esos libros, y ese mercado son los estudiantes. ¿Por qué publicar estas obras si no tenemos una sociedad de lectores? Sí darnos a conocer es el objetivo, ¿por qué Ministerio de Cultura no realiza acuerdos con las grandes editoras Nacionales y extranjeras para que publiquen y valoren la literatura dominicana? ¿Por qué hay que preocuparse por los escritores?,  ellos se las arreglan por sus cuentas, dice Cortázar.
 La idea de publicar los libros de los escritores noveles es interesante,  tratar de vender el libro como una mercancía y utilizar técnicas comerciales, de marketing y de logística para conseguir el necesario despegue del comercio del libro nacional, es decir, de nuestros escritores.
Estoy seguro que la industria editorial no ha comprendido que la mejor forma de vender libros es formando lectores. No es vender más libros que las décadas pasadas creando lectores con falta de criterio y forzarlo a través de la publicidad a comprar libros buenos, porque se venden mucho. Nosotros los escritores jóvenes que publicamos con nuestro dinero no podemos competir con las editoras, en  fin el libro dominicano cuesta mucho imprimirlo y su costo es tres veces mayor que el libro extranjero, sin dejar de decir que al público les gustan las literatura de otros países e ignoran la nuestra. Cortázar defiende la situación del lector diciendo (…) existe un prejuicio que hace que al escritor se le dé un estatuto, un privilegio, que lo coloca en un pedestal muy por encima del lector. El lector, para la mayoría de la gente, es ese  consumidor un poco anónimo de la obra. Las cosas no son así, porque basta pensar, por ejemplo, que un lector puede ser, lo que es en la mayoría de los casos, un individuo a quien le basta leer para integrar una vida, para realizarse en un plano intelectual, en un plano literario. En tanto que un autor no puede ser un autor si al mismo tiempo no ha sido y no es un gran lector. Tiene que tener al lector consigo. Tiene que llevarlo consigo mismo al lector. De modo que el hecho de colocar al autor tan por encima del lector es una equivocación y un prejuicio.
 No hay razón para darle más importancia al  escritor  quienes compran los libros son los lectores y sin ellos no tendría sentido publicar. Hay que tener claro, el sujeto pasivo es el escritor y el sujeto activo es el lector que logra una comunicación con la obra del autor aunque estas sean complejas. El  lector de nivel convergerá con las ideas o las historias.
Hay diferencias en las obras literarias con respecto a los lectores, no porque un escritor tenga más lectores que otros, sino porque estos transmiten lo que quieren de una forma precisa y exacta. Sabemos que un texto escrito es un objeto complejo desde el punto mínimo de la intención del autor. Aun así el lector dependerá del grado de actividad que dedique al proceso de lectura y su éxito será determinado por el grado de recepción de todo lo que el escritor tenía intención de comunicar.
Leer supone una actividad compleja, al igual que escribir. Sabiendo esto, ¿por qué en los centros educativos no nos esforzamos para enseñar a valorar nuestra literatura? Dice el autor de Rayuela, Llegar a ser un lector exige una sociedad que dé los medios, que dé las  posibilidades económicas para que millones de hombres salgan del analfabetismo.  No hay razón para olvidar este proyecto, para qué invertir en los escritores que se quieren  inmortalizar como genios sin antes ser buenos  lectores. Quieren verses superiores, pero lo que escriben tienen que transformar el mundo interior del lector, pero si ellos no están transformado, no lograrán que los lectores, que son vistos como consumidores simples, hagan un esfuerzo  intelectual. Especialmente si son estudiantes que solo quieren pasar la materia.
La lectura de muchas obras dominicanas es una tarea agotadora. ¿Acaso pensamos que el lector no opina cuando lee un libro? Esta actividad  conlleva a una destreza mucho más importante que el acto creador.
 Para evitar los escritores promedios, es decir, aquellos que escriben y no leen, tenemos que tener mejores lectores, no lectores de información que leen periódicos, revistas y otros medios que no es el libro, pues su estado de compresión se  adapta a las lecturas fáciles y solo les aumenta el bagaje de información. Cuando intentamos leer un libro que al principio no comprendemos plenamente, sabemos que lo que leemos es mejor o superior que el lector, entonces estamos formando a un posible lector que aspira ser escritor.
El buen escritor, es que en la lectura de la obra, éste es superior al lector en cuanto a la compresión y el lector debe ser capaz de superar esta desigualdad, tratando de aproximarse a la igualdad con el escritor. Si el lector se aproxima a la igualdad, logrará claridad de comunicación.
El lector debe aprender de los mejores escritores, saber quienes son. El lector que posee esta destreza es porque es un lector culto y activo. Ser buenos lectores no significa que la gente diga que eres “muy leído” ellos tienen ese ideal en su mente porque se refieren a la cantidad y no a la calidad de la lectura. Los grandes escritores han sido grandes lectores, no significa que hayan leído todos los libros de su época, sólo realizaron buenas lecturas. Sólo un buen lector llega a ser escritor. La lectura está presidida  por el placer de leer, no por el interés de ser un genio y demostrar la superioridad antes los lectores simples con un libro malo.
¿Por lo tanto porque no utilizamos los grandes recursos que invertimos en las ferias de libros para realizar el plan de crear una sociedad de lectores?
¿A que le tememos? ¿A que existan centros culturales como Casa de Arte,  donde se reúnen personas pensantes? Es decir, artistas que nunca han sido lectores marginados.

LA PASION DE LOS LIBROS

Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...

Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...

Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...

Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá compreder probablemente... las pasiones humanas.

La historia Interminable: Michael Ende